lunes, 17 de marzo de 2008

LECTURAS BÍBLICAS. Ciclo A liturgia completa. 17 de Marzo. Lunes Santo. Isaías 42, 1-7. Salmo responsorial 26. Evangelio: Juan 12, 1-11.

Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan

capítulo 12 versículos 1 al 11

Seis días antes de la Pascua, Jesús se fue a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos. Le dieron allí una cena. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume. Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?» Pero no decía esto porque le preocuparan los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella. Jesús dijo: «Déjala, que lo guarde para el día de mi sepultura. Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre tendréis». Gran número de judíos supieron que Jesús estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron dar muerte también a Lázaro, porque a causa de él muchos judíos se les iban y creían en Jesús.

Fuente: www.servicioskoinonia.org/b y http://www.es.catholic.net/

COMENTARIO BÍBLICO GENERAL. Autor: Estanislao García

“La unción en Betania”

Amar a Dios y a los demás nos exige entregar algo que nos cuesta. “Y la casa se llenó del olor del perfume” El acto de amor de María hacia el Maestro fue el verdadero aroma que llenó la casa aquel día. Ésta es una de las grandes paradojas del evangelio: “hay más felicidad en dar que en recibir”. Poder donarse a los demás es un verdadero honor, pues Cristo siempre cumple la promesa de: “el ciento por uno en esta vida y la vida eterna en el cielo”. Amar a Dios y a los demás nos exige entregar alguna comodidad, ceder mi tiempo, etc. pero a la vez nos otorga la felicidad más grande del hombre. ¡No tengamos miedo a ennoblecer nuestra vida con el perfume del amor!

Fuente: http://www.es.catholic.

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