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LECTURAS BÍBLICAS. Ciclo A liturgia completa. 28 de Febrero. Jueves 3ª semana de Cuaresma. Jeremías 7,23-28. Salmo responso: 94. Evangelio. Lucas 11,14-23. Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Lucas Capítulo 11 versículos 14 al 23 En aquel tiempo, Jesús estaba expulsando un demonio que era mudo; sucedió que, cuando salió el demonio, rompió a hablar el mudo, y las gentes se admiraron. Pero algunos de ellos dijeron: Por Belcebú, Príncipe de los demonios, expulsa los demonios. Otros, para ponerle a prueba, le pedían una señal del cielo. Pero Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa, cae. Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino? Porque decís que yo expulso los demonios por Belcebú. Si yo expulso los demonios por Belcebú, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces. Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios. Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos. El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. Fuente: www.servicioskoinonia.org/b y http://www.es.catholic.net/ COMENTARIO BÍBLICO GENERAL. Reflexión Autor: P. Clemente González “El poder sobre los demonios” De nosotros depende abrir el corazón a la luz verdadera para que ilumine nuestro interior. A Jesús, le acusan de expulsar demonios en conveniencia con el mismo Satanás. La respuesta de Jesús está llena de sentido común: un reino divido no podrá subsistir. Observamos que aquellos que se quejan de Jesús son precisamente algunos del pueblo elegido. Jesús les acusaría en otras ocasiones de pecar contra el Espíritu Santo, es decir, de pecar contra la luz que es evidente: no quieren verla. De nosotros depende abrir nuestro corazón a la luz verdadera para que ilumine plenamente nuestro interior. Fuente: www.catholicnet