viernes, 4 de abril de 2008

LECTURAS BÍBLICAS. Ciclo A liturgia completa. 04 de Abril. Viernes 2ª semana de Pascua. Hechos 5,34-42. Salmo responsorial: 26. Evangelio: Juan 6,1-15.

Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan. Capítulo 6 versículos 1 al 15

Después de esto, se fue Jesús a la otra ribera del mar de Galilea, el de Tiberíades, y mucha gente le seguía porque veían las señales que realizaba en los enfermos. Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos. Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él mucha gente, dice a Felipe: «¿Donde vamos a comprar panes para que coman éstos?» Se lo decía para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco». Le dice uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?» Dijo Jesús: «Haced que se recueste la gente». Había en el lugar mucha hierba. Se recostaron, pues, los hombres en número de unos cinco mil. Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, todo lo que quisieron. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los trozos sobrantes para que nada se pierda». Los recogieron, pues, y llenaron doce canastos con los trozos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. Al ver la gente la señal que había realizado, decía: «Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo». Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él solo.

(Fuente: Sagrada Escritura, www.servicioskoinonia.org/b y http://www.es.catholic.net/)

COMENTARIO BÍBLICO GENERAL. Autor: padre Alberto Linero, sacerdote eudista

“La solidarida es el milagro del futuro”

El escenario es Galilea. La muchedumbre tiene algo en común: el hambre. Jesús enseña que no se trata solo de llenar el estómago, sino de hacer nacer la solidaridad. Jesús quiere demostrar que el dinero no lo es todo. Toma lo poco que tienen los discípulos, -unos cuantos panes y unos peces-, lo bendice, y lo devuelve para que lo repartan. La transfomación interior es nuestro aporte, el resto se dará por añadidura.

(Fuente: “Una puerta a la Palabra”)


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