lunes, 19 de mayo de 2008

LECTURAS BÍBLICAS. Ciclo A. Liturgia completa. 17 de Mayo. Sábado 6ª semana de tiempo ordinario. Año par: Santiago 3,1-10. Salmo responsorial: 11. (Año impar: Hebreos 11,1-7. Salmo responsorial: 144.) Evangelio: Marcos 9,2-13.
Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Marcos. Capítulo 9 versículos 2 al 10.
En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: Maestro. ¡Qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Estaban asustados y no sabía lo que decía.
Se formó una nube que lo cubrió y salió una voz de la nube: Este es mi Hijo amado; escuchadlo. De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos. Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.
(Fuente: Sagrada Escritura, http://www.servicioskoinonia.org/ y http://www.es.catholic.net/)



COMENTARIO BÍBLICO GENERAL. Autor: padre Alberto Linero, sacerdote eudista. Fuente: “Una puerta a la Palabra”, febrero, 2007.
“Este es es mi Hijo amado; escuchadlo”.
El evavengelio del día de hoy nos presenta el acontecimiento de la Transfiguración del Señor. El escenario es una “montaña alta” propio de las grandes teofanías, o manifestaciones gloriosas de Dios. Los personajes que rodean a Jesús son: Moisés (el legislador de Israel) y Elias (poderoso profeta y guardían de la Ley) La nube es señal de la presencia de Dios, por lo tanto, la voz que de allí sale es la voz Dios mismo, el cual, reconoce públicamente a Jesús como su “Hijo amado” tal como ocurrió en el bautizmo del Jordán. Los discípulos que lo acompañan son: Pedro, Santiago y Juan. La nueva perpectiva mesiánica es Jesús. La razón del silencio mesiánico sólo se entiende hasta que el Hijo del Hombre resucite.
(Fuente: “Una puerta a la Palabra”)

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