sábado, 12 de julio de 2008

LECTURAS BÍBLICAS. Ciclo A. Liturgia completa. 12 de julio. Sábado 14ª semana de tiempo ordinario. Año par: Isaías 6, 1-8; Salmo responsorial: 92. (Año impar: Génesis 49,29-32; 50,15-26ª; Salmo responsorial: 104.) Evangelio: Mateo 10, 24-33.
Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Mateo. Capítulo 10 versículos 24 al 33.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles: Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro, y al esclavo como su amo. Si al dueño de la casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados! No les tengáis miedo, porque nada hay cubierto, que no llegue a descubrirse; nada hay escondido, que no llegue a saberse. Lo que os digo de noche, decidlo en pleno día, y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: no hay comparación entre vosotros y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.
(Fuente: Sagrada Escritura, http://www.servicioskoinonia.org/ y http://www.es.catholic.net/).

COMENTARIO BÍBLICO GENERAL. Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net
“Teme a los que matan el alma”.
El hombre tiende a comparar y oponer las realidades. Así oponemos el cuerpo al alma. Esto es un error y no coincide con la doctrina de Jesucristo. Antes, como ahora, existían personas que se preocupaban mucho de lo material y olvidaban lo espiritual. Y, al revés, personas fervorosas que se olvidan de este mundo. El auténtico reto y meta es cultivar, a la par lo material y lo espiritual. Jesucristo lo expresa perfectamente con su resurrección. Su triunfo no fue nada más espiritual, también su cuerpo resucitó. El verdadero cristiano, da importancia a su alma, pero cultiva su salud de cuerpo para ser una persona santa.
(Fuente: http://es.catholic.net/aprendeaorar/103/478/articulo.php?id=3837).

No hay comentarios: