lunes, 14 de julio de 2008


LECTURAS BÍBLICAS. Ciclo A. Liturgia completa. 14 de julio. Lunes 15ª semana de tiempo ordinario. Año par: Isaías 1, 10-17;
Salmo responsorial: 49. (Año impar: Éxodo 1,8-14.22; Salmo responsorial: 123.) Evangelio: Mateo 10, 34-11, 1.
Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Mateo. Capítulo 10 versículos 34 en adelante hasta el capítulo 11,1.
En aquel tiempo dijo Jesús: «No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y enemigos de cada cual serán los que conviven con él. El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un justo por ser justo, recompensa de justo recibirá. Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa. Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.
(Fuente: Sagrada Escritura, http://www.servicioskoinonia.org/ y http://www.es.catholic.net/).


COMENTARIO BÍBLICO GENERAL. Autor: Jaime Rodríguez Fuente: Catholic.net
“No he venido a traer paz, sino espada”.
Sólo Cristo es el que puede darnos la verdadera felicidad. Por lo general tomamos las amonestaciones del profeta como un tipo de "mal agüero". Son profecías desagradables, porque nos anuncian cosas incómodas, que no corresponden a lo que deseábamos para nosotros mismos. Pero cuando repetimos por enésima vez el mismo error, sufrimos las consecuencias de nuestra tozudez. El mensaje de Jesús, cuando es aceptado en su totalidad cambia la mentalidad del mundo. Sólo Cristo es el que puede donarnos la verdadera felicidad sobre esta tierra.
(Fuente: http://www.es.catholic.net/aprendeaorar/103/185/articulo.php?id=6575).








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